Creo que -habiendo cambiado mucho las cosas- aún no hemos acabado totalmente con la idea de que los tonos oscuros no son los mejores aliados de los interiores de las viviendas. Oscuro = falto de energía. Pues… ¡fuera prejuicios! Hoy os traemos una casa escandinava (que nos encanta…) para romper con todas esas ideas preconcebidas. Se trata de un apartamento en Estocolmo que ha sido pintado en un tono gris oscuro, creando un fondo perfecto para el blanco y negro de los textiles, los objetos decorativos, e incluso los utensilios de cocina. Además nos hemos enamorado sin remedio del contraste entre las líneas puras –aportando modernidad a raudales- y aquellas redondeadas en jarrones, láminas, sillas y otros detalles decorativos…
Y como una imagen vale más que mil palabras, os dejamos juzgar a vosotr@s mism@s... Nosotras ya lo tenemos claro: sin duda estos tonos empolvados ayudan a crear un ambiente muy cálido y acogedor. Muy apetecible en estos meses fríos de otoño. Yo, muy gustosa me ofrecería voluntaria para pasar un domingo entre sus paredes… ;) Qué pensáis vosotr@s?
