… Y para probarlo, una imagen vale más que mil palabras…!
Nos declaramos amantes de las alfombras: en cualquier modalidad, y en cualquier estación. Tienen la capacidad de transformar los espacios, y de dividir la casa en estancias sin necesidad de tabiques. Resultan ser un recurso muy útil, y con un rango de precios variadísimo. La parte arquitectónica queda probada. Pero… para nosotras, el punto de confort y sensaciones que aportan, es sin duda su mayor virtud. No hay refugio mejor que el espacio que se genera alrededor de la alfombra del salón. No hay mejor manera de empezar el día que bajando de la cama sabiendo que está ahí. Y así… podríamos describir muchas situaciones diarias en las que ellas resultan ser las protagonistas.
Creo que no somos las únicas que, hasta hace no mucho sin embargo, las considerábamos huella inconfundible del invierno. Las imágenes que os dejamos a continuación demuestran que esa idea… es un error!
Por supuesto, los colores y las texturas pueden emular el confort y la calidez que perseguimos en los meses fríos… Pero sin duda también cumplen el efecto inverso. Los espacios pueden ser más frescos, más ligeros y más luminosos cuando las usamos en los meses estivales.
Si por nosotras fuera, querríamos todas! Pero si tuviéramos que elegir, las de colores en tonos anaranjados-rosáceos, las de fibras vegetales como sisal, yute o cáñamo y las usadas en espacios exteriores, son nuestras favoritas.
Amigos, no hay duda. Las alfombras son también para el verano! :)
No comments:
Post a Comment