Supongo que, como en casi todo, hay tantos criterios como personas cuando de elegir y valorar una vivienda se trata. En mi caso, al afrontar la tarea de encontrar un apartamento que potencialmente -y en un plazo razonable de tiempo- pudiera ganarse la denominación de nuestro hogar, dos han sido las pautas inapelables. Que la luz fuera abundante y entrara con calma, y que una (incluso mini) terraza sirviera de nexo con el exterior. Espacios luminoso...buscamos todos! El balcón, creo, ya es otro cantar. Quizás se deba a que los momentos que en la infancia quedan asociados a recuerdos felices, se convierten en búsquedas cuando empezamos a formar parte del mundo adulto... Para nosotras, la terraza ha sido durante muchos años, una estancia más de la casa. Y además, era de los pocos espacios donde todo era posible: se podía jugar; las cenas tardías en verano eran mágicas; los desayunos individuales o en familia no tenían precio... Y estudiar -y dibujar- se hacía mucho más llevadero. Básicamente, era el espacio donde las pequeñas rutinas diarias tenían otro sabor.
Así que, en efecto, tengo que reconocer que de ahí viene mi atracción por cualquier espacio que pertenezca la vez a una vivienda y su exterior más cercano. Eso sí, en cuanto a dimensión, soy mucho menos caprichosa. Mi pauta en este sentido es sencilla: que quepa una mesa y un par de sillas. Aunque sea diminuta y sólo pueda apoyar una tacita de café: ese gesto puede implicar tantos momentos...
Tengo muchos otros piropos para estos espacios...como que una terraza (por pequeña que sea) implica inevitablemente un ventanal de suelo a techo. Lo cual, bajo mi punto de vista, ya es un fin en sí mismo. Suelen ser personajes independientes, no necesitan encajar con el resto del hogar, permiten concesiones. Que estén muy vacías, o demasiado llenas... generalmente no afecta a su encanto. Resultan rincones perfectos para demostrar nuestras habilidades DIY, y se me antoja pensar que con pocos (y económicos) recursos se convierten en joyas. Por no hablar de... ¡cómo le sientan las flores!
Podría ser que mi reconocido enamoramiento se debiera a reminiscencias del pasado.
Pero, sinceramente, no creo...
... Juzgad vosotros mismos! :)
No comments:
Post a Comment