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Un secreto a voces




Hace tres semanas, quizás cuatro- en uno de sus arrebatos de pasión lo vio claro: ´tenéis que hablar de Arquitectura y Música´. De primera mano sabemos que no lo dijo por decir, que tenía sus razones , y que llegados a ese punto ya era demasiado tarde para evitar que su deseo se convirtiera en plan. Y ese plan, en realidad. Él mismo se ocupó de informarse -poco, porque precisamente información y conocimiento son ingredientes que le sobran- y de hacernos llegar en forma de texto, su manera de ver la relación entre ambas artes. Nos inspiró con fotos, se encargó de que leyéramos y releyéramos la visión que Kant tenía del Arte, y nos presentó a Iannis Xenakis -compositor e ingeniero / arquitecto de ascendencia griega-. Para más inri, y con intención de disipar cualquier atisbo de duda, nos hizo viajar (vía Internet) al Pabellón Phillips, una construcción efímera diseñada en colaboración por Le Corbusier y Xenakis como parte de la Exposición Universal de Bruselas de 1958, y dónde el planteamiento fue la intensa fusión artística entre arquitectura, imagen y sonido. Después de todo esto, sucedió lo inevitable. Tuvimos que reconocerlo, tanto en voz alta como para nosotras mismas: una vez más nos pusiste a pensar, Papá. 

No es nuevo, sucede desde el principio de los (nuestros) tiempos. Sucede en relación a temas de todo tipo. Sucede con mayor o menor calado dependiendo de la época vital en la que cada una de nosotras esté. Pero el caso es que: siempre sucede. Muchas veces no lo reconocemos, pero las ideas que nos tira, casi nunca caen en saco roto. Son ideas con mucho poder, que nos ponen a buscar, a querer saber más, a emocionarnos, a reflexionar, a desarrollar nuestro espíritu crítico. Él le llama, ´habéis picado´ pero nosotras bien sabemos que el nombre técnico es otro: estímulo. Lleva haciéndolo tanto tiempo que quizás ya no se da cuenta del impacto que ésto tiene. Pero nosotras, en voz bajita para que no nos oiga, siempre nos repetimos que somos fruto directo y claro de esa motivación que nos ha inyectado. 

Hoy ha tocado hablar de música. Se lo debemos. Se lo debemos desde que éramos muy (muy...) pequeñas,...cuando él se tumbaba a la hora de hacernos dormir, entre la camita de una y la cuna de la otra. Nos estiraba a cada una una mano y empezaba a inventar canciones. Más bien tomaba prestadas las melodías e inventaba las letras. Y... así es como empezó todo. Esas primeras canciones con las que aprendimos a dormir, dieron paso a muchas otras. Su pasión se convirtió en la nuestra y ahora ya es una de las tantas formas que usamos para comunicarnos. 

Sin música no sabemos vivir. El género, el idioma y el ritmo poco importan. Lo importante es la esencia, el valor de la melodía en un sentido más amplio.

(No en España, pero tanto en US como en Argentina, el pasado Domingo se celebró el día del Padre). Así que, con ese eco aún resonando, hoy queremos elegir una canción para tí, Papá. Para que sepas que aquella primera noche en que decidiste probar si dos bebés se duermen mejor al ritmo de una canción inventada... ¡tuviste una gran idea! 


Y...hazte cargo... Porque, efectivamente, hemos picado, Papá :)

PD.1. Como hemos asumido que no tenemos remedio cuando de asociar emociones a espacios se trata... ya no tenemos que justificarnos... Aquí nuestra dosis de inspiración semanal.
PD.2. Nos encantaría (pero mucho!) que compartáis con nosotras vuestras músicas. Aquellas canciones que os hagan reír, llorar, bailar, pensar. Vivir. Cualquiera. O todas! ( Por pedir que no quede! :) 




















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