Espejito, espejito...

¨Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte´´ Julio Cortázar.

He de reconocer que, hasta ahora, nunca había sido muy admiradora de los espejos como elemento decorativo. Equivocadamente, los consideraba más prácticos que ornamentales y me costaba ver su alcance más allá del universo dormitorio & baño. Hace un tiempo, sin embargo, todo cambió. Caí en la cuenta de lo que me estaba perdiendo y como consecuencia...ahora me fascinan! Fundamentalmente, por su potencial para transformar completamente los espacios.

Los espejos son de las piezas decorativas más versátiles y divertidas con las que podemos contar hoy en día. Los reflejos potencian la sensación de continuidad, amplitud y profundidad en los espacios. Aportan luminosidad y tienen cabida con cualquier estilo de decoración. 

Así que...para mi se han convertido en un must en la decoración de ambientes. A su atractivo intrínseco se suma el hecho de que ya no sólo cuelgan de la pared. Nada más lejos! Pueden utilizarse de las formas más diversas y originales: como material de acabado en paredes, revistiendo muebles, coronando chimeneas, a modo de cabecero en el dormitorio... Basta con imaginarles un uso. El marco ya no es un imprescindible, el tamaño ya no es estándar y sobre formas y acabados... una imagen vale más que mil palabras, así que juzgad vosotr@s mismos. 

Entre mis favoritos: los de marco de inspiración romántica. Y los de pie, elegantes y esbeltos. Sin embargo, creo que también estoy empezando a engancharme a las nuevas tendencias y a las formas geométricas... Lo mejor es que parece que aún queda mucho por descubrir! :)

Nos encantará saber cuál / cuáles son vuestros favoritos. Una semana más, gracias!

(vía: Pinterest)