...en ningún sitio. ¡Sin duda!
...me levanté el viernes con el deseo de ´parar´ en casa, después de muchos viajes, mucho trabajo, muchas horas sin disfrutar de la calma que un té y un rato de sillón suelen generarme. Con mucha convicción me lo propuse: ´Este fin de semana a disfrutar de puertas para adentro´.
...me levanté hoy lunes con las pilas cargadas, después de dormir mucho, reír mucho, compartir mucho tiempo de calidad con mis amigos y mi media naranja (o como nos gusta más a nosotros: la naranja entera con la que comparto mi vida), y corroboré qué acertada había sido mi decisión. ´Parar´ es en ocasiones la mejor manera de volver a poner orden en nuestras vidas y en nosotros mismos.
Afectada por el embrujo del calor del hogar, y ya relajada después de un rato de imágenes tan evocadoras como estas, tomé la decisión. ´Las voy a convertir en la publicación de esta semana´-me dije. Y así hago: os dejo una buena dosis de inspiración e ideas para uno de mis espacios favoritos: el rincón de lectura. Cierto es que no se trata de un espacio indispensable, que para leer basta un libro y un lector, y que por tanto, cualquier lugar puede hacer las veces. Pero… dicho esto, al menos yo, sueño con tener algún día no muy lejano un micro mundo con forma de sillón frente a un ventanal. Tan desbordante de magia como alguno de estos.
Lo vi claro. De libros, luz y calma parecía ir la cosa esta semana… Pero entonces, sin saber cómo, las imágenes se convirtieron en recuerdos, y los recuerdos tuvieron un nombre propio: Mamá. Inevitablemente cada una de las fotografías que conforman la selección de hoy, quedaron en ese preciso instante asociadas a ella. Porque Ella, como nadie, nos hizo ver que en los libros hay historias que nos sacan de nuestras vidas y nos hacen volar. Y Ella, como nadie, se encargó de mostrarnos qué, muchas veces, cuatro almohadones y un manta son suficientes para crear un hogar. Que unas flores te cambian el día. Que quien escucha la radio está siempre acompañado. Y que si tenemos un día regular, ´nos vamos a dar un paseo, vemos lo que hay ahí afuera, y se nos pasa´. Que no hay nada más bonito que el ruido de fondo que se intuye en la habitación de al lado, porque significa que hay alguien más. Probablemente haciendo otra cosa, pero contigo. Y que la cocina, !vale para todo!. Nos hizo ver claro que las casas bonitas empiezan por estar limpias, que con dos o tres piñas silvestres y un ramito de eucalipto se puede adornar hasta el cuenquito más triste, y que las mesas bien presentadas -y bien servidas- no deberían reservarse para las fiestas. Ella, probablemente sin saberlo -entre otras tantas cosas-, nos dio nuestra primera clase de diseño y nos enseñó a asociar una imagen, una sensación, y muchos sentimientos al hecho de estar en casa. Y resulta que además –o precisamente por eso- es un momento perfecto para rendirle(s) un homenaje. Esta es nuestra historia. Pero cada madre viene con la suya... Y de no ser por ellas...
Todos estos rinconcitos de lectura, ¡para vosotras, Mamás! :)
Sólo nos queda reconocer, por tanto:
!Qué razón tenías Mamá! No se nos ocurre mejor forma de hacer las cosas que a tu manera.
Cada palabra escrita esta llena de sentido y hace los que estemos lejos,y a veces algo nostálgicos,sintamos ese calor y ese hogar tan lleno con tan poco! Gracias!
ReplyDeleteEl poder de las palabras. Elena… ¡Pocas herramientas tan eficaces! :)
DeletePor mi título de madre, me doy completamente por homenajeada (y con honores) con este post tan bonito e inspirador. A ti lo de las asociaciones tampoco se te da nada mal...
ReplyDeleteNo sé si es el sueño de toda madre, pero a lo largo de mi vida me encantaría calar en mis hijas como vuestra madre en vosotras.
Y otro sueño que tengo, lo compartimos.. qué rincones!
María...¡gracias!
Delete